Nacional
Gobiernos priorizan reacción a desastres sobre prevención
Los recursos federales y estatales se concentran en la atención de emergencias, mientras la inversión en protección civil es mínima
La estrategia presupuestal de México ante fenómenos naturales continúa privilegiando la reacción sobre la prevención. A nivel federal y estatal, los recursos se concentran en fondos de emergencia para atender daños e infraestructura afectada, mientras que las partidas para capacitación, alertamiento y reducción de riesgos siguen siendo marginales.
En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025, apenas se destinaron 249.7 millones de pesos a la protección civil —incluyendo la Coordinación del Sistema Nacional y Centro Nacional de Prevención de Desastres—, lo que representa sólo 0.003 % del gasto total federal. En contraste, los fondos de reacción y reconstrucción, como el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y el Fondo de Prevención de Desastres Naturales (Fopreden), suman casi 19 mil millones de pesos, es decir, 7,473 % más que lo destinado a prevención.
Este desequilibrio se replica en los estados más afectados por las lluvias de octubre, que dejaron 80 muertos. Veracruz, por ejemplo, asignó apenas 94.1 millones de pesos a protección civil —el 0.10 % de su gasto total—, pero destina 104.7 millones a su fideicomiso de desastres. Hidalgo destinó 175 millones a prevención (0.25 %) frente a más de 442 millones para reacción, mientras que en Puebla los 16.5 millones para previsión contrastan con los 250 millones ya utilizados de su fondo de contingencias.
San Luis Potosí y Querétaro también reflejan este patrón: bajos presupuestos para protección civil frente a bolsas de emergencia notablemente más amplias. En la Ciudad de México, el presupuesto de prevención es de 141 millones de pesos, mientras que las partidas etiquetadas para desastres naturales superan los 2,500 millones.
Esta tendencia, advierten especialistas, limita la capacidad de reducir riesgos antes de que ocurran las tragedias y mantiene al país en un esquema de respuesta reactiva. Aunque la infraestructura de emergencia ha crecido, la prevención continúa siendo la gran ausente en las prioridades presupuestales.
