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Trump denuncia operación fraudulenta «a gran escala»

[template id=»34″] Washington, EU.- Cuando sólo faltan 22 días para las elecciones presidenciales, Donald Trump anticipa un escenario de caos y revuelta por una derrota que ve venir y que, según asegura, será producto de una conjura en su contra y de una operación fraudulenta “a gran escala”.

Una conspiración de las “élites globales” que encabeza Hillary Clinton, medios de comunicación como The New York Times o The Washington Post y hasta empresarios como el mexicano, Carlos Slim.

Ante este escenario de Apocalípsis que anticipa Trump, muy próximo a la versión de “o soy yo o el caos”, algunos analistas contrarrestan sus amenazas, presentándolas como lo que en realidad son: las bravuconadas de alguien que no sólo no sabe perder, sino que carece de todo auto control.

“Donald Trump es como el perro que se la pasa correteando todos los automóviles que le salen al paso”, aseguró el analista Ezra Klein, al aludir así al carácter incontrolable de un candidato que ha comprometido seriamente sus posibilidades de victoria por sus tendencias auto destructivas.

Pero, además, Donald Trump es un hombre que, después de una exitosa fase de primarias en el partido republicano, se encamina hacia una humillante derrota a manos de Hillary Clinton, una de las muchas mujeres que han decidido interponerse en la recta final de su improbable conquista por la presidencia, para dejar en evidencia sus muchas carencias como candidato presidencial o de su largo historial como abusador sexual.

Ante este escenario de humillante derrota, que será muy difícil de digerir para un ególatra como Donald Trump, su campaña ha decidido deslizar por adelantado la teoría del fraude.

Esta estrategia, desmentida por adelantado por expertos, líderes de su propio partido, e historiadores, ha disparado la señal de alarma en el seno del partido republicano preocupado por un candidato descontrolado que será capaz de morir matando, agitando a las bases más extremistas.

Ante un escenario de caos y violencia, desde el liderazgo del partido republicano se han apresurado a reafirmar la confianza en “la integridad” y la imparcialidad del proceso electoral que decidirá el nombre del próximo (a) presidente de Estados Unidos.

«Nuestra democracia reposa en la confianza en los resultados de las elecciones, y el partido republicano confía plenamente en que los 50 Estados de la Unión llevarán a cabo estas elecciones con integridad”, aseguró la oficina del líder republicano más poderoso en el Congreso, Paul Ryan.

A pesar de estos desmentidos del partido republicano, algunos aliados de Donald Trump, como el ex alcalde de Nueva York, Rudolf Giuliani y el ex líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, han insistido en la tesis del fraude, evocando las elecciones de 1960, cuando el republicano, Richard Nixon, acusó a John F Kennedy de haber cometido fraude en estados comoTexas e Illinois donde “hasta las vacas y los muertos votaron”.

Esta tesis ha sido rebatida por numerosos historiadores, al asegurar que una revisión posterior de los resultados en esos estados, contradijeron las teorías del fraude.

En Estados Unidos, donde el voto no es directo y donde conviven las más arcanas reglas de auscultación con las más sofisticadas y modernas técnicas para promover el voto, las próximas elecciones volverán a poner a prueba el viejo sistema electoral que nació hace ya más de dos siglos y que hasta la fecha sigue siendo motivo de elogios por su impecable record.

Pero también de críticas por la pervivencia del voto indirecto, un sistema que parece contradecir el espíritu de la democracia más avanzada del planeta.

Aunque es probable que en noviembre próximo voten más de 100 millones de electores, al final sólo 538 hombres y mujeres elegirán al próximo presidente. Son ellos los representantes del Colegio Electoral que, al final, elige al ganador que tendrá que alcanzar una mayoría mínima de 270 votos electorales.

Este sistema de voto indirecto, es uno de los más descentralizados en el mundo. Aunado a ello, 31de los gobernadores en los 50 estados de la Unión son republicanos, por lo que difícilmente permitirían una operación masiva de fraude en todo el país.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx

http://www.jornada.unam.mx/ultimas/minutoaminuto/trump-denuncia-operacion-fraudulenta-a-gran-escala

 

 

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